26 corredores, 200 patinadores, 80 handbikes/sillas de ruedas, y un sólo Irazu en la Behobia-San Sebastián
(INDESnews).- La clásica Behobia-San Sebastián la realizaba por quinta vez Alain «Roller» Irazu, el único de los miles de participantes que competía con un sólo patín y muletas. «Muletas amigas…» nos diría al finalizar la prueba nuestro particular crack. Quizás lo más relevante sea que nuestro personaje, está contribuyendo a hacer historia del deporte adaptado a nivel global. Patinar impulsándose además, con las muletas ortopédicas INDESmed de carbono, es todo un hito dentro de esta modalidad deportiva, que no descartamos, algún día, se convierta en deporte paralímpico incluso. Esta nueva disciplina se lo merece sin duda.
Accidentada la clásica Behobia-San Sebastián, con un sólo patín y sus muletas, pero finalizada, como de costumbre exitosamente.
¡Objetivo cumplido!: 20 kms. Desde el nivel del mar hasta el nivel del mar llenos de subidas y bajadas impronunciables muchas para los de otros lugares que acuden a esta Clásica. No se qué costará más si salvar Gaintxurizketa o pronunciar su nombre… A las 06:00 Alain se puso en marcha, la jornada se las prometía dura, larga y llena de sorpresas. A pesar de ser su quinta participación, Alain sabe que cada carrera es distinta…
«Meeting point» de Kemen en Getaria
Domingo 11 de noviembre 2018
06:00 horas en Getaria. Salen hacia el Hotel que tiene cogido el Club Deportivo de Personas con Discapacidad KEMEN en Irun para posteriormente coger un bus hasta Behobia.
Salida 09:45 horas, Alain sale detrás de las sillas de ruedas y de las Handbike en categoría de Patinador con Discapacidad, a las 09:50 horas salen 200 patinadores y a las 10:15 los 26.000 corredores.
La prueba son 20 km de Behobia a San Sebastián con subidas y bajadas.
Pegan el pistoletazo a las 09:45 y salen hacia Irún con un asfalto seco y con un ligero viento Sur.
En la primera cuesta un montón de gente animando entre ellos el Jefe de Alain con la familia. La boca empieza a secarse y empieza a hidratarse y a coger sorbitos del CamelBack que lleva en la espalda.
Superada la primera «subidita» y en el llano le está esperando su cuñado Mariano, que le acompañará en todo el trayecto dándole apoyo con su bici. Le da de comer un plátano, de beber isotónico etc… todo lo que va necesitando durante el trayecto, y hasta le toca hacer de médico (luego os lo cuento) .
Este año nos dice Irazu «voy ligero de muletas , llevó las INDESmed de Carbono, parece que voy como si tocara con las manos el suelo y me impulsara. ¡Una gran diferencia del año pasado!»
Poco a poco van llegando al punto clave de la carrera, dos kilómetros de subida «la subida de Gaintxurizketa». El aire pega de cara, en el alto lleva dos minutos más que el año pasado, aprieta los dientes, y se impulsa con algo de rabia con las muletas. La onda de impacto hacia los brazos se diluye más gracias al carbono. Menos energía machacando hombros y espalda.
Empiezan a bajar hacia Renteria. Bajada larga de tres kilómetros…
El sufrimiento empieza en la bajada de Rentería
Al rato de bajar más de un kilómetro y medio, llega a una zona de asfalto rugoso y empieza a sufrir molestias dolorosas en la planta del pie (la rugosidad hace que sienta mucho la vibración y eso le debilita muscularmente mucho). Al no poder aguantar más, decidido a seguir adelante, se ayuda de las muletas, como si fueran un columpio, e intenta levantar el pie para así poder descansar algo, y aliviar de esta manera las dolorosas molestias en la planta. Pero…
«Lo que ocurre es que llevo demasiada velocidad, pierdo la estabilidad y me voy al suelo como los de Moto GP, pero sin traje de moto. Tan sólo llevo un body finito de POWERSLIDE, y me dejo medio culo en el asfalto» nos señala Irazu con sentido del humor, pese a que aún le escuece la caída sufrida.
Se levanta con intención de seguir de inmediato pero se da cuenta enseguida que tuerce las ruedas para un lado. Finalmente decide parar, limpiar las heridas (con su médico privado, su cuñado) y seguir.
Pierde un buen tiempo, y ya no se puede ir mirando al reloj, por lo que decide disfrutar de la carrera que aún queda por delante (la mitad más o menos)¡Sólo había recorrido diez kilómetros!
Va muy bien en la subida de Miracruz, un pasillo de gente animando,familiares, amigos del trabajo, compañeros de Club… ( Alain les de las gracias a tod@s con la mirada) Emocionante, hasta llegar a meta.
El final con la megafonía felicitándole a la llegada, sabiendo que sus padres le ven llegar como todos estos años, pero por primera vez en cinco años levanta los brazos («alzo al viento mis muletas amigas INDESmed» nos cuenta). Cruza meta sacando la lengua… quizás se burle de la caída de ese año.
Cansado sí, magullado también, pero totalmente lleno… «La Behobia-San Sebastián siempre merece la pena» nos dice. Como si tal cosa, aunque de su rodilla mane algo de sangre, y la parte posterior del body delate su «derrape» sobre el asfalto.